Analistas a la altura del sujeto

AUN Nº 11

Diciembre 2021

“La expresión psicoanalistas que estén a la altura del sujeto
puede parecerles poco clara, pero es verdad.”
Mi enseñanza, Jacques Lacan

Uno de los estribillos con intenciones reveladoras más utilizados por los analistas lacanianos, exaltado hoy por las transformaciones discursivas que nos atraviesan, es aquel de Función y campo... que versa: “que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época.” Su uso se ha banalizado de tal manera que ha impuesto un sesgo a lo que se entiende tanto por “subjetividad” como por “época”. En este sentido, las propuestas “instituyentes”, con ánimos de revolución, empadronan a los psicoanalistas “a la altura de la época”, donde vemos desfilar, con ropajes de psicoanálisis, un variopinto de ofertas que se alejan, muchas veces, de la praxis analítica.

Tampoco hay que olvidar que Lacan fue muy preciso al referirse a la revolución: es lo que vuelve siempre al mismo lugar. Fue por esto que optó por otro término, el de subversión, y para relacionarlo con una noción puntual: la de sujeto. Lacan dice en su Proposición del 9 de octubre... que es menester “limpiarle al sujeto el barro de lo subjetivo. Un sujeto no supone nada, es supuesto.” Queda establecida la diferencia entre subjetividad y sujeto para Lacan. Fundamento de los efectos analíticos, el sujeto, en tanto asunto, es la subversión de Lacan. Seguramente por ello, el maestro francés, propone que el fin (telos) de su enseñanza sea “hacer psicoanalistas a la altura de esta función que se llama sujeto, porque se verifica que solo a partir de este punto de vista se comprende de qué se trata en el psicoanálisis”

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